miércoles, 22 de abril de 2015

Actitud Positiva



Buenos días. Hoy quiero compartiros en este foro una reflexión acerca de la importancia de las actitudes para avanzar en este camino hacia la integración que nos ocupa.



Creando conciencia por la diversidad y un mundo inclusivo.
 
Las actitudes tienen un componente de pensamiento en el que entran los prejuicios y estereotipos. Por ejemplo, un prejuicio es una anticipación de lo que puede suceder sin tener evidencias de la situación o porque como le pasó algo a alguien, a nosotros nos pasará de igual manera. Un ejemplo típico es la maestra que no acepta al niño, a la niña o al adolescente con discapacidad o diversidad funcional en la escuela, aduciendo que este tipo de estudiantes le quitarán más tiempo.
Cuando se le pregunta:
--¿Usted, ha tenido niños, niñas o adolescentes con discapacidad en su aula?
Normalmente contestan que no, y entonces uno(a) se pregunta cómo sabe que le van a quitar más tiempo. Aquí vemos claramente una anticipación de lo que va a pasar, es decir un prejuicio.
Los estereotipos son también un tipo de pensamiento en el cual, representamos mentalmente lo que es la persona con diversidad funcional. Por ejemplo, visualizamos al ciego como vendedor de tarjetas telefónicas, pero no lo vemos, como una persona directora una institución pública; claro está, que lo que vemos, es lo que representamos mentalmente.
A todas estas reacciones y pensamientos, podemos agregarle, las del lenguaje cuando decimos al ver una persona con discapacidad, “debe ser una tragedia estar así”, “prefiero morirme a quedarme en silla de ruedas”. Es decir que anticipamos la una existencia trágica y la pérdida de la felicidad al tener una discapacidad.
No podemos olvidar que el tratamiento de la discapacidad históricamente hablando, frecuentemente ha sido recipiente de filantropía, ayuda y dependencia, por lo cual se hacen, rifas, tele-corazón, tómbolas, para ayudarlos, es decir, se les ve con un sentido de lástima.
Entonces, ¿cómo se forman las actitudes hacia las personas con diversidad funcional?
En gran medida, podemos ver, por lo que hemos dicho, que la imagen de la discapacidad se construye socialmente. Socialmente la discapacidad ha tenido un tratamiento negativo y los medios de comunicación han contribuido en parte a esta construcción social negativa de la discapacidad. Es necesario generar actitudes positivas hacia las personas con diversidad, debido en gran parte, a que las mismas favorecen su desenvolvimiento.
Es adecuado fomentar actitudes positivas, debido a que las personas con diversidad funcional se relacionan con otros semejantes, que normalmente se encuentran en las instituciones, escuelas y centros de salud, entre otros.
Las actitudes positivas promueven la capacidad para llevar a cabo transacciones con el entorno que desemboquen en el mantenimiento de uno (a) mismo (a), el crecimiento y la mejora. Estas actitudes promueven conductas y sentimientos de satisfacción goce y alegría.
Las actitudes negativas son aquellas que dan lugar a una vida problemática, debido a la disminución de las habilidades para el mantenimiento de uno(a) mismo(a), para el desarrollo de formas de vida constructivas y saludables, y para el crecimiento como personas.
Las actitudes negativas, excluyen y minusvaloran a la persona con discapacidad, mientras que las positivas la incluyen y reconocen su valía y sus capacidades dentro de la diversidad humana.
Acciones para fomentar las actitudes positivas
*      Demos importancia a la persona y no a su discapacidad.
*      Quitemos de nuestra mente los prototipos que parecen indicar que las personas con diversidad funcional sólo sirven para la mendicidad.
*      No hagamos que la persona se sienta limitada debido a su discapacidad.
*      Refirámonos a la discapacidad de la persona solamente cuando sea necesario.
*      Evitemos imágenes de la persona con diversidad funcional que evoquen risa o burla.
*      Enfaticemos las “similaridades” y no las “diferencias” entre una persona con
*      discapacidad y otra que no la tenga.
*      Tengamos “expectativas reales” de la persona con diversidad funcional; no tan bajas que provoquen pesimismo, ni tan altas que generen frustración.
*      Evitemos “rótulos peyorativos” como “chueco”, “mongólico”, “patuleco”, etc. Y llamemos a la persona por su nombre.
*      Dejemos de utilizar los términos pasados de moda como “minusválido” “incapacitado” “discapacitado”.
*      Respetemos los espacios marcados especialmente para ellos.
*      Démosle prioridad de paso.
*      Si se tiene una interrogante respecto a la condición de la persona mirémosla a los ojos y preguntémosle de forma directa y con franqueza.
*      Evitemos sobreprotegerlas; evitemos descuidarlas.
Persona con Diversidad Funcional es la forma proactiva para referirse a una persona con discapacidad pues enfatiza las capacidades sobre las deficiencias.
 
 
Tomado, revisado y ampliado de: La Guía Para Ambientes y Comunidades Accesibles  de la serie “Atención Comunitaria Para Las Personas Con Discapacidad” Publicada por el Gobierno Nacional a través del PASDIS en conjunto con Empresas Polar.
 
Espero que os guste y os sirva para la reflexión.

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