Espondilitis



Descripción de la enfermedad

La espondilitis anquilosante es una forma de artritis que afecta las articulaciones de la columna vertebral. Su nombre viene de las palabras griegas ankylos, que significa rigidez de una articulación y spondylo, que significa vértebra. La espondilitis causa inflamación (enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor) en la columna vertebral o en las vértebras. La espondilitis anquilosante a menudo implica la inflamación de las articulaciones sacroilíacas, donde la columna se une a la pelvis.
En algunas personas, esta enfermedad puede afectar a otras articulaciones. Puede afectar los hombros, las costillas, las caderas, las rodillas y los pies. También puede afectar a los lugares donde los tendones y los ligamentos se unen a los huesos. A veces puede afectar a otros órganos como los ojos, los intestinos y, muy rara vez, al corazón y a los pulmones.
Muchas personas que tienen espondilitis anquilosante tienen dolor de espalda leve que va y viene. Otras personas tienen dolor severo y constante y, a veces, algunas personas pierden la flexibilidad en la columna vertebral. En los casos más graves, la inflamación puede hacer que se unan dos o más huesos de la columna, lo que puede hacer que la caja torácica se endurezca y que se reduzca la capacidad pulmonar.

Suele manifestarse en la adolescencia o en la juventud y su incidencia es mayor en los hombres. Por el contrario, las mujeres pueden presentar la enfermedad de forma más leve con lo que su diagnóstico es más difícil. Su incidencia también varía en los distintos grupos raciales.

Síntomas:

  • Dolor nocturno y la pérdida de movilidad en la región lumbar son manifestaciones precoces. Aunque, en la mayoría de los casos los síntomas comienzan en las zonas lumbar y sacroilíaca, suele afectar también a los segmentos cervical y dorsal de la columna.
  • Inflamación ocular.
  • Daño en las válvulas cardíacas. En otras ocasiones, la espondilitis anquilosante precede al desarrollo de una enfermedad inflamatoria intestinal y algunos pacientes presentan fiebre elevada, fatiga, pérdida de peso y anemia.
  • Otras enfermedades viscerales u óseas, pueden confundirse con una EA. Sin embargo, pueden distinguirse mediante la evaluación analítica para demostrar inflamación, anemia o positividad del HLAB27 (marcador genético). Asimismo, las radiografías y gammagrafías óseas pueden mostrar cambios característicos.

  • El diagnóstico de la espondilitis anquilosante suele realizarse mediante una anamnesis (historial médico) y una exploración física. Si el reumatólogo sospecha que el paciente padece una espondilitis anquilosante se realizará una radiografía de la columna vertebral y de la pelvis. Los análisis de sangre y orina pueden ayudar a apoyar el diagnóstico por ejemplo, manifestando la presencia en sangre del antígeno HLA-B27, o pueden determinar la intensidad mayor o menor del proceso inflamatorio que sufre el paciente.

    Algunos de los pioneros en la investigación de la espondilitis anquilosante fueron Wladimir Bechterew, Pierre Marie, André Leri y Adolf von Strümpell.

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