domingo, 31 de mayo de 2015

Una vida ejemplar....

Quiero aprovechar este espacio para hacer un sincero homenaje a John Nash, conocido por todos por inspirar la exitosa película Una Mente Maravillosa.

Desde mi punto de vista se trata de un verdadero ejemplo a seguir de una persona que supo vivir con una enfermedad mental. Espero que todos podamos aprender algo de este verdadero genio.

 Os comparto también el enlace de donde saqué el artículo para aquellos que puedan estar interesados en algún artículo mas.

Lo que aprendimos de “Una mente maravillosa”


Ha muerto John Nash, ese genio de la vida y de las matemáticas que inspiró la fantástica película de Una mente maravillosa.
Basado en la novela homónima de Sylvia Nasar, el largometraje, producido en 2001, fue un verdadero éxito que obtuvo 4 Oscar y un sinfín de seguidores. Protagonizada por Russell Crowe, la película nos ofrece de manera sencilla un gran mensaje que nos invita a buscar la manera de superar nuestras limitaciones, sean cuales sean.

A quien no conozca la historia de John Nash…

 
John Nash tenía 30 años cuando le diagnosticaron esquizofrenia paranoide. A la sana ambición de su mente privilegiada se le impuso el lastre de una tremenda enfermedad que lo desolaba.
Era una mente brillante, destacada y prometedora cuando todo ocurrió. Sin embargo, nada le detuvo a la hora de perseguir sus sueños. Tras años de cruentos tratamientos que intentaban ayudarle a superar su enfermedad mental, John Nash consiguió mantener sus síntomas a ralla.
Aprendió a convivir con voces con sus alucinaciones. John oía voces, veía cosas.., pero pudo manejarlas.
Su trabajo interno fue, como es obvio, descomunal hasta el fin de sus días. Lógicamente vivir sin poder discernir qué es real y qué no lo es resulta muy complicado; sin embargo, la mente brillante de Nash lo consiguió.
Nash ganó el Nobel de Economía en 1994 por su teoría de juegos, aún hoy vigente y útil en el ámbito de la estrategia. John combatió la esquizofrenia paranoide durante toda su vida. Y, sí, lo consiguió. Consiguió llevar una vida completamente diferente a la que su enfermedad les destinaba.
Su muerte, como su vida, no ha sido la esperada. El 23 de Mayo de 2015, Nash falleció, junto a su esposa, víctima de un accidente de tráfico.
boda

Un ejemplo de superación y de esperanza


A él le debemos mucho, no solo por su contribución a la ciencia sino por contarnos su historia y volver “al mundo de los cuerdos” para enseñarnos que, trabajando nuestro interior, todas las mentes son maravillosas.
John se aferró a su inteligencia y convivió con las voces de su cabeza a pesar de que le ahogaban. Su lucha no fue fácil. Sin embargo, logró entender que el camino de su vida estaba en la aceptación. Y nos lo mostró.
Entonces le llegó la inspiración. Logró crear un mundo estable en un lugar cambiante. Y, lo que en un principio era un combate, acabó por ser un hogar en el desarrollarse. A pesar de sus limitaciones, Nash logró una plaza como profesor del MIT mientras, a su vez, recuperaba la brillantez que su problema mental había truncado.
John Forbes Nash aprendió a vivir con la esquizofrenia durante toda su vida aplicando una regla según la cual “todo problema tiene una solución”. Algo que, si bien no es válido para todos los enfermos mentales, todos podemos adecuar a nuestra vida de alguna forma.
Vivir sabiendo que gran parte de nuestro dolor es inevitable debería de ser una premisa que todos siguiésemos. Sin duda, John, nos ofreció la clave para disfrutar de la vida: aceptar, fluir y actuar.
clave

Entonces, ¿la esquizofrenia se cura o no se cura?

A veces, lo que una persona necesita no es una mente brillante que le hable sino un corazón paciente que le escuche.
Nos cuenta el periodista de investigación Robert Whitaker que durante mucho tiempo, en Laponia Occidental (Finlandia) tenían las tasas más altas de esquizofrenia entre su población. Para hacernos una idea, allí viven unas 70.000 personas, y en la década de 1970 y principios de 1980, cada año se daban veinticinco o más nuevos casos de esquizofrenia, el doble o triple que en el resto de Finlandia y de Europa.
Pero en 1969, Yrjö Alanen, llegó al hospital psiquiátrico de Turku (Finlandia).  Por aquel entonces, eran pocos los psiquiatras que creían en la posibilidad de la psicoterapia como tratamiento para las psicosis.
Sin embargo, Alanen pensaba que las alucinaciones y los delirios paranoides de los pacientes esquizofrénicos, cuando se analizaban detenidamente, muestran historias con sentido.
Así que comenzaron a trabajar la labor de escucha a los pacientes y a sus familias por parte de los profesionales allí presentes.
Crearon una nueva modalidad de tratamiento que se denominó  “Terapia Adaptada a las necesidades de los pacientes”. Sin embargo, no se olvidaron de que cada persona es un mundo y fomentaron, a su vez, la creación y adecuación de un tratamiento específico para cada caso.
Algunos pacientes tendrían que ser hospitalizados, pero otros no. Por otra parte, habría pacientes que podrían beneficiarse de dosis bajas de medicamentos psiquiátricos (ansiolíticos o antipsicóticos) y otros que no.
menteeee
Así, como vemos, personalizaban y trabajaban de manera minuciosa cada caso, haciéndose conscientes de las necesidades de cada persona y de cada familia. Por supuesto, las decisiones en cuanto al tratamiento eran conjuntas, valorando cada opinión en la medida adecuada.
Las sesiones de terapia no giraban en torno a la disminución de los síntomas psicóticos, sino que se centraba en los éxitos y logros previos del paciente, procurando así fortalecer el control sobre su vida.
De esta manera, el paciente no pierde la esperanza de ser como los demás, de mantener una normalidad y de conseguir mirar más allá en lugar de aislarse.
Durante los últimos años, la terapia Diálogo Abierto ha transformado “el cuadro de la población psicótica” en Laponia Occidental. El gasto en los servicios psiquiátricos de la región se redujo enormemente y, en la actualidad, es el sector con menor gasto en salud mental  de toda Finlandia.
Los 25 nuevos casos de esquizofrenia al año
se han transformado en solo 2 ó 3 casos anuales.
Lo que está claro es que las cosas se pueden hacer de otra manera. Hay otro tipo de tratamiento para las personas con esquizofrenia o cualquier otro tipo de psicosis que garantiza una vida diferente a la que estamos acostumbrados a depararles.
Les sometemos a terapias farmacológicas agresivas, electroshocks y compasión, mucha compasión. No nos olvidemos de la pena, el miedo y el rechazo que infunden las miradas que destinamos hacia ellos. Si sumamos esto, podemos poner la mano en el fuego por el fracaso. Y no nos quemamos.
Por eso, recordad, siempre hay mejores maneras de actuar. Pero si como sociedad nos sentimos enfermos, no lograremos ver que hay una luz maravillosa al final del túnel para todos.

 http://lamenteesmaravillosa.com/

sábado, 30 de mayo de 2015

Algo grande está surgiendo



Estamos de enhorabuena. Os comparto esta gran noticia que nos confirma que estamos trabajando en el sentido correcto.


INVESTIGACIÓN, NOTICIAS

España acoge el nacimiento de la Alianza Internacional de Enfermedades Raras


Ayer tuvo lugar en Madrid la presentación de la Alianza Internacional de Enfermedades Raras (RDI), una iniciativa que aglutina a más de 60 representantes de estas patologías de 30 países diferentes para alzar la voz en defensa de los derechos del colectivo.
La Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), representada en esta Alianza en la Organización Europea de Enfermedades Raras (EURORDIS) y la Alianza Iberoamericana de Enfermedades Raras (ALIBER), estuvo presente a través de Juan Carrión, Presidente de la entidad, y Alba Ancochea, Directora.

Con el firme objetivo de posicionar estas patologías como una prioridad de salud pública internacional, esta Alianza representará a pacientes y familias de todas las nacionalidades, siendo así la voz de todas las personas que viven con una enfermedad poco frecuente.
“RDI será la voz global del paciente con una enfermedad poco frecuente en todo el mundo. Además, trabajará para convertir la ignorancia, el aislamiento y la exclusión en el conocimiento, la solidaridad y la esperanza” afirma Yann Le Cam, Director Ejecutivo de la Organización Europea de Enfermedades Raras (EURORDIS).
“La creación de esta Alianza Internacional es un gran paso para el colectivo, haciendo así posible una línea de acción internacional en favor de las enfermedades raras. Es de gran importancia para las personas con enfermedades poco frecuentes y sus familiares crear redes que permitan conocer más sobre estas patologías” afirma Juan Carrión, Presidente de FEDER.
Entre las prioridades de esta Alianza se encuentra promover la investigación, influir en la formulación de políticas así como representar al colectivo de ER en los foros internacionales y mejorar la vida del colectivo a través del intercambio de información, la creación de redes, el apoyo mutuo y la realización de acciones conjuntas.
Asimismo, entre sus líneas de acción principales para los próximos años se encuentra estructurar el diálogo con la industria, racionalizar la organización de conferencias internacionales, aumentar la representación de los pacientes en los organismos de financiación de investigación así como la promoción de las ER dentro del sistema de la ONU.
RDI es una iniciativa de EURORDIS creada en colaboración con las principales alianzas nacionales. La fase preliminar de la iniciativa ha sido dirigida por EURORDIS y alianzas nacionales de ER como la de EEUU (NORD), Canadá (CORD), Japón (JPA), China (CORD), la India (I-ORD), la Alianza Iberoamericana de Enfermedades Raras (ALIBER) y la Federación Internacional de Epidermolisis Bullosa (DEBRA Internacional).

viernes, 29 de mayo de 2015

Diagnostico de Enfermedades raras


Las enfermedades raras suelen tardar en diagnosticarse de cinco a diez años



Las enfermedades raras suelen tardar en diagnosticarse de cinco a diez años, según ha asegurado la coordinadora del Grupo de Enfermedades Minoritarias de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Mónica López Rodríguez, durante la celebración de la 'V Reunión de Enfermedades Minoritarias'.

La tardanza, prosigue, se debe al "largo periplo" por el que discurren los pacientes ya que deben acudir a varios especialistas y realizarse "numerosas" pruebas diagnósticas antes de conocer su diagnóstico. Además, la experta ha destacado la "dificultad" que también existe en la transición de los pacientes de la edad pediátrica a la edad adulta, recordando el "esencial" papel que juega el internista en este proceso.
Por ello, a su juicio, es "clave" la organización de la asistencia sanitaria de estas enfermedades en España. En este sentido, ha explicado que el objetivo entre los expertos es consensuar un modo de actuación uniforme en todo el territorio nacional, potenciando que los pacientes puedan tener un seguimiento en las unidades de experiencia en este tipo de patologías, ya sean CSURs o consultas monográficas.

Entre las que mayor seguimiento tienen en las consultas para adultos destacan las enfermedades lisosomales como la enfermedad de Fabry o la enfermedad de Gaucher, así como la enfermedad de Hunter.

TRATAMIENTO: MEDICAMENTOS HUÉRFANOS
Los medicamentos huérfanos son los tratamientos para hacer frente a estas patologías, que requieren de una indicación individualizada y un seguimiento cercano por parte de los profesionales sanitarios que los prescriben.
"En la última década se ha avanzado enormemente, sobre todo, en las terapias de sustitución enzimática (TSE) y los tratamientos de reducción de sustrato (TRS)", ha recalcado López Rodríguez. Sin embargo, a pesar de estos progresos, son medicamentos con un "elevado" coste económico y cuyo acceso se prolonga en el tiempo de manera "dilatada".
Entre aquellas patologías raras que todavía no disponen de un tratamiento específico, la labor del internista consiste en acompañar al paciente durante su enfermedad, así como ayudarle en la detección de los posibles síntomas y las complicaciones derivadas de ello.
En este sentido, la SEMI cuenta con varios registros de seguimiento clínico de pacientes con enfermedades minoritarias puesto que, como ha puntualizado la especialista, uno de los objetivos del grupo es potenciar la creación de registros por enfermedades que se puedan emplear como herramientas provechosas para el avance en su conocimiento y manejo.
Actualmente, se encuentra en marcha el relativo a la telangiectasia hemorrágica hereditaria (HHT) y está previsto hacer el de las enfermedades lisosomales y porfirias, entre otras. Además, también se ha realizado un estudio de detección de enfermedad de Pompe en pacientes con CPK elevada.
Respecto a los futuros estudios, se va a realizar uno sobre la relación de la enfermedad de Gaucher con el Parkinson. "Según las investigaciones, algunos casos de Parkinson atípico pueden tener mutaciones en el gen implicado en la enfermedad de Gaucher y parece que comparten líneas comunes en su etiopatogenia, por lo que hemos creído interesante seguir ahondando en este tema y avanzar en su investigación", ha zanjado la experta.

jueves, 21 de mayo de 2015

¿Como vivir con una Enfermedad Crónica?


Buenos días...

Pasan los días y sin darnos cuenta se hacen semanas....

Hoy os quiero compartir un artículo que creo que puede ser del interés de todos.

Todos aspiramos a una vida perfecta sin dolores ni limitaciones, pero en realidad no siempre es así y de repente un día entiendes que para ti la rutina siempre será distinta a la de aquellos seres queridos que te rodean...

Pretendo compartiendo este artículo profundizar en el tratamiento de los sentimientos que nos abordan ante el diagnóstico de una enfermedad crónica.

Es, nos guste o no,  nuestra fiel  compañera con la que estamos condenados a entendernos.


¿Como vivir con una Enfermedad Crónica?

Vivir con una enfermedad de larga duración (también denominada crónica) plantea nuevos retos a una persona. Aprender a afrontar esos retos es un proceso largo — no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Pero entender lo que te ocurre y participar activamente en el cuidado de tu salud te ayudarán a afrontar esos retos. Mucha gente descubre que el hecho de adoptar un papel activo en el tratamiento de un problema de salud crónico le ayuda a sentirse más fuerte y más preparada para enfrentarse a muchas dificultades y pruebas que les depara la vida.

¿Qué es una enfermedad crónica?

Hay dos tipos de enfermedades: agudas y crónicas. Las enfermedades agudas (como un catarro o una gripe) suelen durar relativamente poco. Sin embargo, las enfermedades crónicas son problemas de salud de larga duración (la palabra "crónico" proviene del término griego chronos, que significa tiempo).
El hecho de padecer un trastorno crónico no implica necesariamente tener una enfermedad grave o que puede poner en peligro la vida de una persona — aunque algunas enfermedades crónicas, como el cáncer y el SIDA, lo pueden hacer. Las enfermedades crónicas también incluyen trastornos como el asma, la artritis y la diabetes. A pesar de que los síntomas de una enfermedad crónica pueden desaparecer con los cuidados médicos, generalmente la persona sigue padeciendo la enfermedad subyacente — aunque los tratamientos que recibe pueden implicar que se sienta sano y se encuentre bien gran parte del tiempo.
Cada enfermedad crónica tiene sus propios síntomas, tratamiento y evolución. Exceptuando el hecho de que son relativamente duraderas, las distintas enfermedades crónicas no se parecen necesariamente entre sí en otros aspectos. La mayoría de las personas que padecen enfermedades crónicas no piensan en ellas mismas como en un "enfermo crónico", sino como en alguien que padece un trastorno específico — como el asma, la artritis, la diabetes, el lupus, la anemia falciforme, la hemofilia, la leucemia o la enfermedad concreta que tengan.
Si padeces una enfermedad crónica, es posible que no sólo te afecte físicamente, sino también emocional, social y a veces, incluso, económicamente. La forma en que a una persona le afecta una enfermedad crónica depende de la enfermedad particular que tiene y cómo repercute sobre su cuerpo, la gravedad de la enfermedad y el tipo de tratamientos que requiere. Aceptar y adaptarse a la realidad de padecer una enfermedad crónica requiere tiempo, pero los jóvenes que están dispuestos a aprender cosas sobre su enfermedad, a buscar y aceptar el apoyo de los demás y a participar activamente en el cuidado de su salud generalmente superan con éxito el proceso de afrontamiento.

El proceso de afrontamiento

La mayoría de las personas atraviesan varias fases en el proceso de asumir que padecen una enfermedad crónica y de aprender a vivir con ella. Cuando a una persona le diagnostican una enfermedad crónica en concreto, puede sentir muchas cosas. Algunas personas se sienten vulnerables, confundidas y preocupadas por su salud y su futuro. Otras se decepcionan y se autocompadecen. Algunas encuentran injusto lo que les ha pasado y se enfadan consigo mismas y con la gente a quien quieren. Estos sentimientos forman parte del principio del proceso de afrontamiento. Cada persona reacciona de una forma diferente, pero todas las reacciones son completamente normales.
La próxima fase del proceso de afrontamiento consiste en aprender cosas sobre la enfermedad. La mayoría de la gente que tiene que vivir con una enfermedad crónica descubre que el conocimiento es poder — cuanto más saben sobre su trastorno, más sienten que controlan la situación y menos les asusta.
La tercera fase del proceso de afrontamiento de una enfermedad crónica consiste en tomar las riendas de la situación. En esta etapa, la persona se siente cómoda con los tratamientos y las herramientas (como los inhaladores y las inyecciones) que debe utilizar para llevar una vida normal.
Por ejemplo, una persona con diabetes, puede experimentar un abanico de emociones cuando le diagnostican la enfermedad. Tal vez crea que no va a ser capaz de pincharse para determinar su nivel de glucosa en sangre o de inyectarse insulina para controlar la enfermedad. Pero, después de trabajar con el personal médico y de entender mejor su enfermedad, se familiarizará con todo el proceso y dejará de hacérsele una montaña. Con el tiempo, controlar la diabetes se convertirá en algo secundario en su vida. Los pasos implicados en el tratamiento de la enfermedad se convertirán en una forma más de cuidar de su cuerpo y mantenerse sano, como lavarse los dientes después de las comidas o ducharse.
No existen límites definidos de tiempo para completar el proceso de afrontamiento — el proceso de hacerse a la idea y aceptar que se padece una enfermedad crónica es diferente en cada persona. De hecho, la mayoría de gente comprobará que tiene las emociones a flor de piel en todas las fases del proceso. Aunque el tratamiento vaya bien, es normal estar triste o preocupado de vez en cuando. Reconocer esas emociones y ser consciente de ellas cuando emergen forma parte del proceso de afrontamiento.

Herramientas para asumir el control

La gente que padece una enfermedad crónica a menudo encuentra que las siguientes pautas les ayudan a asumir y afrontar la situación:
Reconoce tus sentimientos. Las emociones pueden no ser fáciles de identificar. Por ejemplo, dormir mucho, llorar mucho o estar de mal humor pueden ser signos de tristeza o depresión. También es bastante habitual que las personas que padecen una enfermedad crónica se sientan estresadas al sopesar las realidades de padecer una enfermedad crónica, por un lado, y de tener que rendir en los estudios, cumplir los compromisos sociales y otros aspectos de la vida cotidiana, por el otro.
Muchas personas encuentran un gran apoyo en servicios o personas concretas especializados en ayudar a afrontar el estrés y las emociones intensas. A algunas personas les va bien hablar con un psicoterapeuta o unirse a un grupo de apoyo pensado especialmente para gente que padece su enfermedad. También es importante que te dejes ayudar por aquellas personas en quienes confías, como tus mejores amigos y tus familiares. Lo más importante a la hora de buscar ayuda no es necesariamente encontrar a alguien que sepa mucho sobre la enfermedad que padeces, sino a alguien que esté dispuesto a escucharte cuando estés deprimido, enfadado, frustrado — o simplemente alegre como unas castañuelas. Identificar tus emociones, aceptarlas como una parte natural del proceso que estás viviendo y expresarlas o compartirlas de una forma en que te sientas cómodo te puede ayudar a sentirte mejor con tu situación.
Desempeña un papel activo en el cuidado de tu salud. La mejor forma de aprender sobre tu enfermedad y sentir que controlas la situación es haciendo preguntas. Cuando vayas al médico, generalmente te dará mucha información, que no siempre podrás asimilar a la primera. Es posible que te queden aspectos concretos sin aclarar y que tengas que pedirle al médico o el personal de enfermería que te repita algunas cosas para estar seguro de que lo has entendido todo. A mucha gente le cuesta mucho pedir: "Por favor, ¿puede repetírmelo?" por miedo a parecer tonta. ¡Pero los médicos necesitan años de estudios y práctica para aprenderse la información que a ti te dan en una sola visita!
Si te acaban de diagnosticar determinada enfermedad, tal vez te ayude anotar las preguntas que te gustaría formularle a tu médico. Por ejemplo, tal vez te interese saber:
  • ¿Cómo me afectará esta enfermedad?
  • ¿Qué tipo de tratamientos tendré que seguir?
  • ¿Será doloroso?
  • ¿Cuántas sesiones de tratamiento necesitaré?
  • ¿Tendré que faltar a clase?
  • ¿Podré hacer deporte, tocar un instrumento musical, ensayar la obra de teatro del colegio o participar en otras actividades con las que disfruto?
  • ¿Qué puedo esperar? ¿Se puede curar mi enfermedad? ¿Desaparecerán los síntomas?
  • ¿Qué efectos secundarios tienen los tratamientos y cuánto duran?
  • ¿Me provocarán sueño, mal humor o debilidad?
  • ¿Qué pasará si me salto una sesión de tratamiento o me olvido de tomar la medicación?
  • ¿Y si los tratamientos no funcionan?
A pesar de que tu médico no podrá predecir exactamente cómo responderás al tratamiento porque la respuesta varía considerablemente de una persona a otra, el hecho de saber cómo reaccionan algunas personas te puede ayudar a prepararte mental, emocional y físicamente. Cuanto más aprendas sobre tu enfermedad, más entenderás el tratamiento que debes seguir y las emociones que puedes experimentar, y descubrirás la mejor forma de crear un estilo de vida saludable basado en tus necesidades individuales.
Comprende las reacciones de otras personas. Es posible que no seas la única persona que reaccione emocionalmente cuando se entere de tu enfermedad. A los padres a menudo les cuesta aceptar el hecho de que sus hijos padezcan una enfermedad crónica porque les gustaría poder evitar que les ocurra nada malo en la vida. Algunos padres se sienten culpables o creen que le han fallado a su hijo, otros se enfadan muchísimo ante lo que consideran una injusticia. Al enfermo, las emociones de los demás pueden parecerle una carga adicional, cuando, por descontado, no son culpa de nadie. Es posible que te ayude el hecho de explicar a tus padres o familiares que, cuando expresas enfado, rabia o miedo, lo único que pretendes es pedirles que te apoyen — no que te curen. Diles a tus padres que no esperas que tengan todas las respuestas, pero que te ayudarán escuchando cómo te sientes y trasmitiéndote el mensaje de que te entienden.
Puesto que la adolescencia trata básicamente sobre cómo "encajar" y cómo ser aceptado por el grupo, puede resultarte difícil sentirte diferente a tus amigos o compañeros de clase. Muchas personas que padecen enfermedades crónicas están tentadas a mantenerlo en secreto. De todos modos, a veces intentar ocultar una enfermedad puede acarrear problemas, como descubrió Melisa, que padece la enfermedad de Crohn. Algunos de los medicamentos que tenía que tomar la hinchaban bastante y sus compañeros de clase empezaron a meterse con ella porque se estaba poniendo "gordita". Cuando Melisa explicó le que le pasaba, le sorprendió lo bien que reaccionaron y cómo la aceptaron sus compañeros de clase.
Cuando hables con tus amigos sobre tu problema de salud, tal vez te ayude explicarles que todo el mundo es diferente. Del mismo modo que algunas personas tienen los ojos azules y otras los tienen marrones, algunas personas son más vulnerables a determinadas enfermedades.
Dependiendo de la gravedad de tu enfermedad, es posible que te encuentres rodeado constantemente por adultos bienintencionados. Tal vez los profesores, entrenadores y psicólogos escolares intenten ayudarte — y tal vez te hagan sentirte dependiente, frustrado o enfadado. Habla con ellos y explícales cómo te sientes. Informándoles y explicándoles las características de tu enfermedad podrás ayudarles a entender de qué eres capaz y a que te vean como un alumno o un atleta — no como un enfermo.
Relativiza las cosas. Es fácil que una enfermedad se convierta en el principal foco de atención de la vida de una persona — sobre todo cuando hace poco que se la han diagnosticado y esta empezando a hacerse a la idea y a afrontar la situación. Muchas personas encuentran que el hecho de recordarse a sí mismas que su enfermedad sólo es una parte de lo que son les ayuda a relativizar las cosas. Mantener las amistades, las aficiones y las rutinas cotidianas ayuda mucho.

Vivir con una enfermedad crónica

No hay ninguna duda de que la adolescencia puede resultar mucho más difícil cuando se tiene que hacer frente a un problema de salud. Aparte de las presiones sociales por "encajar" y ser aceptado por el grupo, éste es un período de aprendizaje sobre el cuerpo y de comprensión del propio cuerpo. En una etapa donde es natural preocuparse por la imagen corporal, puede ser muy duro sentirse diferente. Es comprensible que de vez en cuando un adolescente sienta sencillamente que no puede más y que está harto de tener que vivir con una enfermedad crónica.
Incluso aquellos adolescentes que convivieron bien con su enfermedad durante la infancia pueden sentir el acuciante deseo de llevar una vida "normal", sin medicinas ni limitaciones y sin tener que cuidar de sí mismos de ninguna forma especial. Es una reacción completamente normal. Algunos adolescentes que han aprendido a controlar su enfermedad se sienten tan sanos y fuertes que se llegan a cuestionar si necesitan continuar con el programa de tratamiento. Por ejemplo, un adolescente con diabetes puede plantearse la posibilidad de saltarse una comida mientras está de compras en unos grandes almacenes o de medirse el nivel de azúcar en sangre después del entrenamiento en vez de antes.
Lamentablemente, dejar de seguir el programa de tratamiento puede tener consecuencias desastrosas. Lo mejor que puedes hacer es decirle al médico cómo te encuentras. Coméntale qué te gustaría hacer pero se supone que no puede hacer — para que él te indique exactamente lo que puedes y no puedes hacer. Sólo es cuestión de que responsabilices y adoptes un papel activo en el cuidado de tu salud.
Cuando una persona tiene que vivir con una enfermedad crónica, a veces puede resultarle difícil querer a su cuerpo. Pero no hace falta tener un cuerpo perfecto para tener una buena imagen corporal. Tu imagen corporal puede mejorar si te cuidas, sabes valorar tus capacidades y aceptas tus limitaciones — algo que es cierto para todo el mundo, padezca o no una enfermedad crónica.
Cuando una persona está cansada de estar enferma, le puede ayudar mucho expresar su frustración o su tristeza a un oído comprensivo. En momentos como ésos, es importante que pienses en cómo te pueden ayudar los demás y que pidas ayuda y expreses qué es lo que te gustaría que hicieran por ti. Algunas personas descubren que pueden aliviar su sensación de pérdida tendiendo la mano a otra gente y ofreciéndose a ayudar a otras personas que necesitan ayuda. Echar una mano a alguien te puede ayudar a que tus propios problemas te parezcan más fáciles de afrontar.
Adaptarse a vivir con una enfermedad crónica exige tiempo, paciencia, apoyo — y ganas de aprender y de participar en el cuidado de la propia salud. Las personas que se tienen que enfrentar a retos inesperados a menudo descubren en ellas una capacidad de adaptación y una resistencia que antes no imaginaban que pudieran tener. Muchos dicen que aprenden más sobre sí mismos al tener que enfrentarse a esos retos, y sienten que crecen como personas y desarrollan la fortaleza interior y la autoconciencia en mucha mayor medida que si no se hubieran tenido que enfrentar a tales retos. Las personas que padecen enfermedades crónicas descubren que, cuando adoptan un papel activo en el cuidado de su salud, aprenden a entender y valorar sus puntos fuertes — y a adaptarse a los débiles — como jamás habían hecho.

Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD
Fecha de la revisión: octubre de 2013

Espero que os sea útil.